Reperución mundial, las razones por las que Bolivia es protagonista en todo el mundo

En Bolivia hay muy buenos equipos que siempre se presentan de manera contundente en los torneos locales e internacionales. Aun así, los más conocidos por su historia y nivel son Bolívar y The Strongest, ambos equipos de La Paz. Estos clubes suelen ser más renombrados por sus participaciones constantes en la Copa Libertadores, lo que le permite estar en el mapa de los clubes fuertes en Sudamérica. 

Aunque, por lo general, los equipos de Bolivia son ninguneados muchas veces. Uno de los factores condicionantes tanto para los equipos como para la Selección de Bolivia, es la altura. Jugar en la altura siempre afecta a los jugadores que están más en el llano, quitando quizás, a los equipos y la Selección de Ecuador. Por eso muchas veces el fútbol boliviano es visto de reojo y muchas veces se habla mal su nivel.

Aun así, hay partidos super interesantes fuera de La Paz que son muy atractivos. Partidos como los clásicos de Cochabamba y Santa Cruz son realmente llamativos por toda la historia que hay detrás de los equipos, pero no siempre es por lo futbolístico. De hecho, hay clásicos que suelen ser siempre noticia por los disturbios recurrentes que suelen presentar los protagonistas, similares a lo que fue el último Superclásico entre River y Boca.

Uno de los últimos partidos que fueron llamativos para propios y ajenos fue el clásico cruceño entre Oriente Petrolero ante Blooming. De hecho, el último partido fue disputado en el Estadio Tahuichi donde ambos necesitaban imperiosamente sumar de a tres para salir del mal momento que estaban atravesando. Aun así no fue mucho el espectáculo futbolístico, ya que igualaron uno a uno y las repercusiones se dieron cuando culminó el encuentro. Eso es lo que más suele conocer el mundo.

¿Qué pasó el final del partido?

En el Tahuichi, los incidentes ocurrieron después de que Leonardo Villagra anotara el 1-0 parcial a favor de Oriente. El atacante gritó el gol con mucha fuerza y énfasis delante de la fanaticada del contrario y una cámara de la televisación oficial. Aquello generó que los rivales reaccionaran de mala manera. A diferencia del Superclásico argentino, Wilson Quiñónez separó a sus compañeros para evitar que la situación pasara a mayores.